Al finalizar el partido del martes entre Barcelona e Inter, Lamine Yamal adoptó la pose del perdedor: sentado en el fondo, con las manos rodeando sus rodillas en un abrazo libre, su espalda en zigzag en una joroba de agotamiento y abatimiento, los ojos vacíos mirando al vacío. Algo en esa imagen resaltaba la paradoja de este joven de 17 años y su asombroso progreso deportivo.
La paradoja deportiva de Lamine Yamal
Una parte de la paradoja era la postura en akimbo, que acentuaba la juventud de sus miembros nervudos y que, a diferencia de cuando tiene el balón en los pies, le hacía parecer el adolescente inmaduro que es. Otra parte era el tenor emocional del partido, la bendita e infantil afirmación en la que las actividades deportivas pueden transportar a alguien – niño o adulto, participante en el campo o espectador de televisión a miles de kilómetros de distancia – las consecuencias de un deporte en miniatura pueden hacer que cientos de miles de rostros se inunden de lágrimas de molestia.
El fenómeno solar de Lamine Yamal
La eliminatoria contra el Inter consagró a Lamine Yamal como un fenómeno solar, un tipo de jugador en torno al cual girará el mundo del fútbol en el futuro inmediato. La prueba de la situación de Lamine en este deporte fue evidente desde el principio de la eliminatoria. Estaba ahí en la forma en que este jovencísimo equipo del Barcelona perdía por dos goles a los 21 minutos del partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones y, sin embargo, ni por un segundo pareció dudar de su supremacía, atribuible a que tenían a Lamine.
¡Bono del 100% para Apuestas Deportivas!
- Amplia gama de eventos deportivos y mercados de apuestas.
- Transmisiones en vivo de eventos deportivos.
Bono del 200% + 150 giros gratis para el Casino
El futuro incierto de Lamine Yamal
Nada de eso -ni la magnitud de su experiencia, ni su increíble madurez, ni la regularidad de sus actuaciones, ni la hostilidad en el campo, ni la reverencia que inspira a los rivales después de los partidos,